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Con el pasar de los días, las noticias sobre el progreso del COVID-19 desalientan. Por suerte, los gobiernos y ciudadanos están tomando las medidas pertinentess para que este no empeore.

Sin embargo, el caso de Latinoamérica es antagonista a la situación de Europa y EUA. Latinoamérica es la región occidental con mayore déficit en el sistema de salud.

México cuenta con 1,4 camas por cada 1,000 pacientes. Venezuela no cuenta con los insumos médicos necesarios para atender a sus pacientes y -muchas veces- se encuentran con racionamiento de agua y electricidad. Brazil tiene escasez de médicose e insumos. Entre todos los otros factores que se pueden encontrar en cada esquina de la salud en Latinoamerica.

Con +2.400 casos confirmados de coronavirus, el crecimiento del virus muestra haber incrementado 10 veces los afectados con respecto a la semana anterior. La primera infección ocurrió en Brasil, a finales de Febrero, cuando una señora de 61 años regresaba de Italia a su país.

El virus se presentó en la región seguioendo, casi siempre, el mismo patrón; personas que viajaban a otros lugares (Europa y Asia) que lo traían con ellos al resto de las naciones de América. Miembros del gobierno, ‘influencers’ de Instagram, turistas y empresarios dieron positivo al principio del brote. Supone esto que el brote comenzó en la clase alta y se fue expandiendo.

Venezuela, Colombia y Argentina fueron rápidos al ordenar a toda la población que se mantuviesen en casa encerrados hasta que se pudiese localizar el sector del brote y el virus fuese controlado. Mientras que en países como México y Brasil, la cuarentena ni siquiera ha comenzado. Las actividades económicas no han cesado y la curva de contagiados aumenta exponencialmente.

Los médicos advierten que una vez que el virus comience a expandirse libremente en los sectores más pobres, será incontrolable. La escasez de agua será el factor más acuciante de está situación. La necesidad de higienizar todo uno y otra vez se verá -claramente- omitida por las limitaciones que presentan estos sectores.

La salud privada probablemente puede hacerse cargo de varias decenas de los casos, pero el sector público se verá sobresaturado sin lograr resultados de manera eficiente.