La situación actual de Sudán del Sur es alarmante y urgente. El estado más joven del planeta sufre desde hace algunos años una guerra intestina que arroja millones de desplazados y pone en grave riesgo la salud física, mental y alimentaria de su población.
En el 2011, los sursudaneses celebraron un referéndum para alcanzar su anhelada independencia, anunciando lo que parecía una promesa de paz, luego de sucesivas guerras civiles con Sudán. Para aliviar las tensiones existentes, se conformó un gobierno de alianza entre las dos principales etnias del país, los dinka y los nuer. Pero el entusiasmo no duró mucho. A finales del 2013, comenzó un enfrentamiento que pronto desembocó en una crisis humanitaria de enormes proporciones.
Con una población de 12 millones de personas, 4,8 millones de sursudaneses necesitan actualmente asistencia humanitaria. Además, Sudán del Sur presenta la tercera crisis de refugiados más crítica del mundo, luego de Siria y Afganistán. En total, casi cuatro millones de personas han tenido que dejar sus hogares; de estos, 1,8 millones son desplazados internos y los demás se encuentran repartidos entre los países vecinos. Uganda es el país que más refugiados acoge, con más de 1,2 millones de personas. De cada diez refugiados sursudaneses, seis son niños.
En Sudán del Sur, el 45% de la población es menor de 14 años, lo cual convierte a los niños en las principales víctimas del conflicto. La mayoría de ellos no tiene acceso a servicios de salud y casi un millón y medio sufre de desnutrición aguda. A esto se suma el difícil acceso a la educación. 2,2 millones de los niños no asisten a la escuela, convirtiéndolo en el país con la menor proporción de niños escolarizados. Las instalaciones educativas son comúnmente objetivo de las facciones armadas, pues se utilizan como refugio y cuarteles.
Las condiciones generales del país tampoco contribuyen a la asistencia humanitaria, haciendo doblemente costosa y peligrosa la tarea de asistencia. La deficiente infraestructura, la temporada de lluvias y el conflicto armado, dificultan el acceso a los distintos territorios del país. Asimismo, la capacidad alimentaria no es suficiente para cubrir las necesidades de la población debido a décadas de abandono administrativo y a la continua violencia. Para marzo del 2018, se estima que 5,1 millones de personas estarán en riesgo de hambruna.
Ante esta difícil situación resalta, igualmente, la emergencia sanitaria y la crítica situación de los refugiados. En las condiciones generales de hacinamiento, el saneamiento, la higiene y la eliminación de residuos son altamente inadecuados. Con esto, se incrementa el riesgo de propagación de enfermedades contagiosas o transmitidas por el agua, como el cólera, la malaria, el sarampión y la poliomielitis, así como el incremento de infecciones causadas por el agua contaminada, la desnutrición o los sistemas inmunes debilitados. Asimismo, hay un alto índice de mortandad infantil y de muertes relacionadas con el embarazo. Entre 8 y 10 mujeres mueren diariamente debido a complicaciones relacionadas con el embarazo, y alrededor de 1,900 recién nacidos mueren cada año. En la actualidad, Sudán del Sur se enfrenta a un brote de cólera de grandes alcances, con más de 13,000 casos reportados a la fecha.
La capital de Sudán del Sur fue uno de los focos más afectados por la guerra de los últimos años. Aunque se han desplegado decenas de campañas sociales y de salud, la situación humanitaria avanza de manera lenta. Esto quiere decir que debemos apoyar en todas las instancias y a través de todos los medios que estén en nuestra capacidad.
Tras haber muerto 400,000 personas, finalmente se ha llegado a un tratado de paz. Sin embargo, la guerra no sólo termina cuando se firman los tratados; los afectados que aún viven experimentan EPT, lesiones, complicaciones de salud física, etc. Es de suma importancia tratar a estas personas cuanto antes, pues el verdadero daño de la guerra está intrínseco y es etéreo.
Nuestro objetivo es construir puestos de salud y servicios de emergencia, con personal médico capacitado, ambulancias, equipo médico y medicina para suplir las necesidades en salud del territorio de Yuba.
Proveer a la zona con un centro de salud permitirá tratar todo tipo de enfermedades, evitará la propagación de brotes hacia otras zonas dentro de la provincia o del país y ayudará con los casos de EPT presentes en el territorio. Dotaremos los centros de salud con equipo médico adecuado para atender casos de emergencia, campaña de vacunas, atención pediátrica, primeros auxilios y hospitalización.
Lugar: Yuba
País: Sudán del Sur.
Costo por puesto de salud: €95.000.
Costo por ambulancia: €40.000.
Costo total (2 puestos de salud, 2 ambulancias): €270.000.
En la Fundación Europa Paz (FEP) buscamos contribuir al mejoramiento de las condiciones sanitarias y psicológicas de los sur-sudaneses, trabajando en la adecuación de un mejor saneamiento y posibilitando el acceso a agua potable. A través de los campos de refugiados en Uganda, en los campos de Bidibidi, Palorinya e Imvepi, queremos ayudar a suplir las continuas demandas de material médico primario y la asistencia de especialistas en salud mental. En la FEP dependemos exclusivamente de sus donaciones para seguir adelante, siendo bienvenidas las donaciones en dinero, medicamentos o equipos de salud.
Si está interesado en hacer donaciones a la Fundación Europa Paz, por favor póngase en contacto con nosotros a través de info@fundacioneuropa.org
Puedes apoyar a través del envío de cheques bancarios a la siguiente dirección:
Fundación Europe Peace
Dirección: Calle Oca nº 63, Pasillo, Local 3, 28025, Madrid
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