La situación en Palestina es altamente compleja y los números lo confirman. Desde 1967, más del 80% de la población ha sido desplazada y más del 50% se encuentra repartida en otros países. La población actual de palestinos en el mundo ronda los 13 millones, de los cuales solo 5 millones viven en territorios ocupados palestinos y en condiciones difíciles de movilidad, sanidad y educación. Entre estos, el desempleo llega al 27% y por cada mil habitantes solo hay 1,2 camas de hospital. Para el 2018, casi 2 millones de palestinos se encuentran en riesgo de conflicto, violencia o desplazamiento y se estima que una de cada dos personas necesitará algún tipo de ayuda humanitaria.
En general, la región presenta graves condiciones de acceso a servicios primarios de salud y desabastecimiento de material médico. Entre el 7 y el 13% de los niños sufre de atrofias y debilitamiento crónico, causados principalmente por malnutrición.
Ante toda esta problemática, resalta la Franja de Gaza, región especialmente vulnerable. Esta es una de las áreas más densamente pobladas del mundo, el 42% de la población vive en la pobreza y el 80% depende de ayuda internacional. Además, el 60% de sus habitantes, 1.3 millones de personas, está distribuido en 8 campos de refugiados. Y dados el bloqueo y el aislamiento de los últimos diez años, las condiciones de salud se ven severamente afectadas. En los hospitales hay una constante escasez de medicamentos esenciales y material desechable. En la actualidad, más de un millón de personas está en riesgo de contraer enfermedades transmitidas por el agua y según los índices, la mortalidad infantil es casi la misma que hace tres décadas.
A lo anterior, es necesario añadir que tras 50 años de exposición a la violencia, más del 30% de los adultos, y más del 54% de los niños palestinos sufren de estrés postraumático y diferentes desordenes emocionales y de comportamiento.
La Fundación Europa Paz (FEP) busca ayudar en el fortalecimiento de las necesidades sanitarias y psicológicas en los territorios ocupados de Palestina, en la Franja de Gaza y Cisjordania. En esta última resalta la situación de los campos de refugiados Shu´fat y Kalandia en Jerusalén Oriental, y Fawwar, en Hebrón, los cuales requieren de continua asistencia en salud física y mental. En la FEP dependemos exclusivamente de sus donaciones para seguir adelante, siendo bienvenidas las donaciones en dinero, medicamentos o equipos de salud.
La Ramallah moderna fue fundada a mediados del siglo XVI por los Al-Haddadeen un clán familiar descendiente de los árabes cristianos Ghassanidas. Los Al-Haddadeen, dirigidos por Rashed Al-Haddadin, llegaron desde los alrededores de lo que hoy es la ciudad jordana de Shawbak, al este del río Jordán.
La migración de los Al-Haddadeen se atribuye a enfrentamientos entre los clanes y tensiones en esa zona. Según la leyenda local, Rashed Al-Haddadeen acogió al Emir Diab Ibn Qaysum, jefe de un clan poderoso musulmán en la región. Cuando la esposa de Rashed dio a luz a una niña el Emir propuso, según la costumbre, como esposo a su propio hijo, cuando este cumpliera la mayoría de edad a pesar de las diferencias religiosas. Rashed creyó que la propuesta no era firme, debido a que los matrimonios entre musulmanes y cristianos no eran habituales. Cuando más tarde el Emir exigió a los Al-Haddadeen que cumplieran su promesa, se negaron. Esto condujo a una guerra sangrienta entre las dos familias. Los Al-Haddadeen emigraron hacia el oeste y se asentaron en las colinas de Ramallah, en donde sólo unas pocas familias musulmanas vivían en ese momento. Hoy en día, la ascendencia de algunos residentes de Ramallah puede remontarse hasta los Al-Haddadeen.
Considerando la guerra con el pueblo israelí en los últimos años, la nación Palestina no ha logrado desarrollarse en absoluto desde su independencia. Su capital, Ramallah, ha sido centro de ataques y laceraciones sociales; desde su independencia en el año 1988, Palestina ha sufrido distintos tipo de intervención que han ido minimizando cualquier posibilidad de desrrollo y/o mejora de la calidad de vida.
Existe una crisis humanitaria latente en todo el territorio y su repercusión el sector de salud ha sido -prácticamente- irreversible. Con centros de salud destruídos o detoriarados, con cantidades nulas de insumos, insuficiencia de personal y falta de recursos económicas, las condiciones no están dadas para que exista una mejora de los servicios de forma autonóma.
En la Fundación Europa Paz, situaciones de esta índole nos hacen reflexionar sobre nuestras acciones por y para el mundo, por esta razón decidimos abrir el proyecto Ramallah. Un proyecto dedicado a la colaboración para la mejora del sistema de salud palestino.
Nuestro objetivo es construir puestos de salud y servicios de emergencia, adecuados con ambulancias, y de esta forma suplir las necesidades en salud del territorio de Ramallah, donde las fuerzas armadas extranjeras siguen cometiendo crímenes contra los derechos humanos.
Capacitar la zona con un centro de salud hará de estos brotes menos probables de propagarse hacia otras zonas dentro de la provincia o del país. Dotaremos los centros de salud con equipo médico adecuado para atender casos de emergencia, campaña de vacunas, atención pediatrica, primeros auxilios y hospitalización.
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