Daniel Gómez Kelly
La semana pasada, el secretario de estado de los Estados Unidos de América visitó a su homólogo chino Wang Yi, quien es el actual jefe de la comisión de asuntos exteriores del partido comunista de China. El objetivo principal de esta reunión por parte del secretario de estado Antony Blinken, es la desescalada de las tensiones que han ido aumentándose en la región disputada entre Taiwán y China.
Este viaje por parte de uno de los altos cargos del gobierno de los Estados Unidos ha sido visto como un gran gesto cargado de significado no solo a los ojos del gobierno chino, sino del resto del planeta.
Durante la reunión con Wang Yi, también estuvo presente el ministro de asuntos exteriores Qin Gang, el cual calificó su reunión con Blinken como “directa” y “constructiva” tras unas 5 horas de intensas conversaciones con el secretario de estado. Por su parte Blinken defendía el dialogo diplomático entre las dos potencias y no cerrar los canales de comunicación previamente establecidos.
Es por ello, que Pekín vio con buenos ojos comprometerse a mejorar las relaciones entre ambos países y mantenerlas estables en el tiempo. Sin embargo, logro evitar las cuestiones mas importantes por las que en un primer momento ambos países habían decidido reunirse para rebajar las tensiones de la situación referente a Taiwán.
Finalizando dicha visita del secretario de estado Blinken con una reunión con el presidente chino Xi Jinping, dando a entender que el máximo mandatario del país, ve con muy buenos ojos las intenciones del gobierno de los Estados Unidos y no opondrá ningún tipo de resistencia a las declaraciones realizadas por sus dos representantes Qin Gang y Wang Yi.