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Daniel Gómez Kelly

Sudán fue un país colonizado por las potencias europeas y que en el año 1956 consiguió alcanzar su independencia, tras una larga guerra en la que el norte de Sudán de mayoría islámica, se enfrentó a la mayoría cristiana ubicada al sur de Sudán. Este conflicto se cobró la vida de más de medio millón de personas y empobreció por completo a la sociedad y la nación sudanesa, lo que desembocó en el golpe de estado por parte de una cúpula militar que comenzaría en 1958.

Desde ese suceso, se fueron sucediendo diversos cambios de régimen en la región, todos ellos ligados a la inestabilidad política, represión social y religiosa y la vulneración de los derechos fundamentales de las etnias o personas dependiendo de su religión o creencias. En el año 1989 se alzó con el poder tras un nuevo golpe militar Omar Al-Bashir quien instauró un gobierno muy cercano al fundamentalismo islámico y por ende con muchos nexos con Al-Qaeda.

El fundamentalismo islámico desencadenaría de nuevo en una serie de conflictos entre musulmanes y cristiano, que durante casi 30 años habían sido aislados a ciertos lugares de tensión. Este problema forzó a la corte internacional penal a emitir una serie de órdenes de detención internacionales para Al-Bashir basados en una serie de acusaciones sobre genocidio y limpieza étnicas. Este segundo conflicto se prolongaría hasta el 2005 cuando se firmaron los acuerdos de Nairobi donde ambas partes involucradas volverían a detener el conflicto tras generar 4 millones de desplazados como refugiados y de 1,9 millones de muertos. Se dividió el país en Sudán y Sudán del sur que se han mantenido desde el 2011 hasta hoy en día cuando se han comenzado a reactivar los conflictos entre ambas partes, temiéndose la vuelta al conflicto del pasado.

Es por esto, que desde Europe Peace foundation instamos a la comunidad internacional a hacer todo lo que esta en sus manos para des escalar el conflicto mediante el dialogo y la mediación, además de fomentar las políticas de inclusión social entre las partes enfrentadas y el fomento de la mejora económica de ambas regiones. Promoviendo los derechos fundamentales que se han ido perdiendo en las últimas décadas y apoyándoles en todo lo que sea necesario.