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Viernes, 15 de diciembre 2017Madrid. Los conflictos recientes que afectan a la ciudad santa de Jerusalén representan un severo retroceso para el diálogo pacífico y responsable. En un lugar que ya padece décadas de tensiones fuertes, las declaraciones incendiarias son irresponsables y peligrosas para todas las personas que viven en Jerusalén, así como para todas las personas que tienen vínculos y relación con su historia, cultura y significado.

La Fundación Europa Paz (FEP) hace un llamado a todos los grupos y gobiernos internacionales para que ejerzan moderación y juicio en la forma en que se acercan al frágil estatus actual de Jerusalén. La importancia de Jerusalén no se puede limitar o reducir a agendas y juegos políticos. Usar la religión como un arma para dividir a las personas es una estrategia cobarde que crea un daño duradero en las comunidades e incita a las personas a actuar de forma violenta e imprudente.

Jerusalén es y debe ser siempre la capital de la paz y la convivencia para todas las personas. Su significado sagrado para las tres religiones monoteístas y su gran importancia y relevancia para todas las personas que se preocupan por la cultura y la humanidad debería ser el apoyo que sostiene las políticas y los acuerdos internacionales. En cambio, los líderes mundiales están utilizando este centro global como un teatro para sus propios intereses y fines políticos con total indiferencia y negligencia hacia la diversidad y la pluralidad.

La FEP exhorta a los gobiernos y organizaciones de todo el mundo a que dejen de inmediato toda retórica de violencia y conflicto y reenfoquen las conversaciones y el diálogo en base a la convivencia y armonía que la ciudad de Jerusalén representa y debe ser para la humanidad.

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